Una víctima de una gran estafa inmobiliaria en Son Gotleu: “La acusada me enseñó 20 o 30 pisos con llave y todo”

Uno de los perjudicados confirma en el primer día de juicio en la Audiencia de Palma que pagó 27.500 euros al firmar las arras por dos viviendas que nunca pudo comprar

Un policía nacional que analizó las cuentas de los sospechosos destaca que tal como recibían las transferencias, “se retiraba el dinero en efectivo”

La principal acusada, Milagros H. H., y su esposo, en el juicio en la Audiencia por la estafa inmobiliaria.

La principal acusada, Milagros H. H., y su esposo, en el juicio en la Audiencia por la estafa inmobiliaria. / B. Ramon

B. Palau

B. Palau

«La acusada me enseñó 20 o 30 pisos en Palma con llave y todo». Una de las víctimas de una gran estafa inmobiliaria que se gestó en Son Gotleu en 2021 y por la que ayer se sentaron en el banquillo de los acusados en la Audiencia Provincial cuatro personas, un matrimonio, su hija y un intermediario, culpó a la principal sospechosa, Milagros H. H., de haberle engañado con la compra de dos viviendas en Palma. Milagros y su esposo, que llevan encarcelados desde hace dos años, se enfrentan cada uno a una petición de condena por parte de la fiscalía de ocho años de prisión por un delito continuado de estafa agravada. El ministerio público también reclama para su hija, de 23 años, una pena de ocho años de cárcel, así como una multa de más de tres millones de euros a la empresa inmobiliaria que crearon en octubre de 2020. En concepto de responsabilidad civil, esta familia española afronta una petición de indemnización de más de 600.000 euros para la quincena de perjudicados.

Una de las víctimas, de origen marroquí y que regenta un restaurante en el barrio de Son Gotleu, confirmó en la primera sesión del juicio que pagó 27.500 euros en concepto de arras por dos viviendas en la calle Santa Florentina que se tenían que reformar y que, finalmente, nunca pudo comprar.

Según su versión, descubrió que las viviendas habían sido vendidas recientemente a una mujer que ya estaba haciendo obras. Al percatarse del engaño, exigió a Milagros que le devolviera el dinero. La encausada le entregó dos cheques. «Intenté cobrarlos pero no pude. En el banco me dijeron que no había dinero y encima por cada cheque tuve un gasto de 600 euros. Además de los 27.500 euros, tuve un perjuicio económico de otros 1.200 euros», se lamentó el hombre.

Como él, ayer declararon otros tres perjudicados, que también abonaron distintas cantidades de dinero en 2021 por unos inmuebles que al final no pudieron adquirir. «Me dijeron que Milagros tenía conocidos en el banco y que sabía las casas baratas que había en el barrio», manifestó uno de ellos, que decidió invertir 130.000 euros por seis viviendas en Son Gotleu. Perdió el dinero y también los inmuebles.

Los cuatro acusados pidieron ser interrogados al final de la vista oral, a lo que accedió ayer el tribunal de la sección primera. También solicitaron la suspensión del juicio, pero la sala lo desestimó. En la sesión de ayer declararon cuatro perjudicados y los investigadores de la Policía Nacional.

Huyeron de la isla en febrero

Una inspectora jefa que en aquellas fechas era la responsable del grupo de Blanqueo de la Policía Nacional recordó que el matrimonio sospechoso y su hija abandonaron Mallorca el 2 de febrero de 2022 en barco. «Habían abandonado la isla el empezar las pesquisas. Nosotros localizamos a quince perjudicados», subrayó la inspectora.

Otro policía que analizó las cuentas bancarias de los sospechosos y de la sociedad que constituyeron, Jejeomoeya SL, destacó que tal como se recibían las transferencias, «se retiraba el dinero en efectivo». Según indicó, «las cuentas tenían un saldo muy bajo, simplemente la operativa era recibir-sacar, recibir-sacar».

El agente explicó que detectaron transferencias que coincidían con los pagos que habían denunciado los perjudicados y también remarcó que la sociedad creada parecía que no tenía ningún tipo de actividad. Precisamente, se abrieron las cuentas coincidiendo con la constitución de la empresa.

«Nos llamó la atención la operativa de entrada y salida de efectivo, el escaso saldo y que las cuentas se crearon solo para esta operativa», insistió el investigador. Por su parte, la inspectora jefa recordó que cuando la pareja y su hija fueron detenidos a mediados de junio de 2022 en la provincia de Cádiz «no se les encontró nada de dinero en efectivo».

Le dijo que vendía pisos

Uno de los perjudicados detalló que la principal sospechosa, Milagros, le dijo que vendía pisos. «Yo buscaba casa. Ella me llevó a ver varios pisos. Vi uno y llegamos a un acuerdo. Firmé un contrato de arras y le hice una transferencia», señaló el hombre. «Milagros firmó como vendedora. Estos contratos los firmé en mi gestoría», añadió el testigo.

Según su versión, el otro acusado, el supuesto intermediario, también acudía con la acusada a ver pisos. «Iba mucha gente a ver los pisos, pero no sé si él también ofrecía casas a más gente», manifestó ante el tribunal. La víctima admitió que sí que conocía a la hija de Milagros. «Me dijo la madre que su hija estudiaba de abogada», comentó el hombre.

Cuando descubrió la estafa, ya fue tarde. «La llamaba y llamaba, pero tenía el móvil apagado. Me llevaron a su casa al Rafal pero no había nadie. Llamé a la puerta y no había nadie», se quejó el testigo.

Otro joven se quedó sin su piso en Verge de Lluc, pese haber entregado en el banco 11.000 euros y también 20.000 euros en mano. «Fuimos al banco con Milagros y mi madre», apuntó. Un inversor perdió 130.000 euros por seis pisos en Son Gotleu. «Me dijeron que eran casas del banco», indicó.

Vivían en un coche

Cuatro meses después de huir en barco de Mallorca, los presuntos estafadores fueron localizados y detenidos por la Policía Nacional en junio de 2022 en un coche, ubicado en un descampado en un aparcamiento junto a una gasolinera en la provincia de Cádiz. «Estaban viviendo en el vehículo en el que fueron detenidos. Toda su vida estaba en su propio vehículo», reconoció uno de los agentes que participó en su arresto. Según recordó, en el utilitario se hallaba la principal encausada, Milagros, su marido, su hija, un hijo menor y un perro. Una vez interceptados los tres adultos, los investigadores se incautaron de teléfonos móviles, una tableta y documentación. «Tenían aplicaciones bancarias en los teléfonos. Entre ellos se intercambiaban los teléfonos», especificó el agente.

El policía nacional manifestó ayer en la primera sesión del juicio en la Audiencia de Palma que detectaron comunicaciones, mensajes SMS, procedentes de países susceptibles de blanqueo de capitales como Panamá y Suiza, pero no pudieron determinar si se trataba de mensajes publicitarios o de entidades crediticias. «Cuando los fuimos a detener, estaban los cuatro en el vehículo juntos», declaró el agente, en referencia a los cuatro familiares.

El presidente del tribunal llamó la atención en dos ocasiones ayer durante la vista oral al padre de familia, ya que hablaba con su esposa y su hija de manera distendida mientras se celebraba el juicio y declaraban los testigos. El matrimonio encausado, que estaba preso en Cádiz, fue trasladado a la cárcel de Palma hace unos días, el pasado jueves, porque por motivos de seguridad no podían estar muchos días antes en el centro penitenciario de la isla.

Suscríbete para seguir leyendo