El PP obliga a Le Senne a disculparse tras la fuerte presión sobre Prohens

Los populares fuerzan al presidente del Parlament a dar la cara públicamente en un discurso donde el ultraconservador afirma que "el fondo del asunto es correcto" y en el que no nombra ni una sola vez a Aurora Picornell

Marga Prohens y Gabriel Le Senne, en una reunión en el Parlament.

Marga Prohens y Gabriel Le Senne, en una reunión en el Parlament. / CAIB

Andrés Martínez

Andrés Martínez

El Partido Popular ha forzado al presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, a pedir disculpas por destrozar la foto de Aurora Picornell después de las fuertes presiones que está recibiendo el Govern de Marga Prohens sobre este asunto. El presidente de la Cámara había emitido a primera hora de la mañana un comunicado donde, lejos de arrepentirse de los hechos, culpaba a las diputadas socialistas Mercedes Garrido y Pilar Costa por su "actitud provocativa" y pedía "evitar hacer exageraciones". Un escrito que ha desatado las críticas, por lo que el PP ha exigido a Le Senne que pidiera disculpas a todos los ciudadanos de Baleares.

Así, el presidente de la Cámara ha lanzado unas disculpas haciendo hincapié en el espectáculo "que dimos todos ayer", haciendo referencia a todos los diputados, y no ha nombrado ni una sola vez a Aurora Picornell, la mujer fusilada por el franquismo cuyo retrato destrozó. "Me sabe muy mal lo que pasó ayer,  el gesto de cerrar el ordenador no tendría que haberlo hecho yo personalmente sino haberle pedido a los servicio de la cámara que lo hicieran", expresa Le Senne.

En este sentido, el ultraconservador argumenta que "el fondo del asunto es correcto porque la neutralidad de la mesa es importante", recalcando que las diputadas socialistas no podían subir al atril "con fotos partidistas". Sin embargo, justo después Le Senne asegura que él no sabía lo que estaba quitando: "yo no sabía lo que estaba quitando, no rompí nada a propósito". Por último, la segunda máxima autoridad de Baleares destaca que lo que le sacó de sus casillas fue que Garrido y Costa "no siguieran las instrucciones cuando los miembros de la mesa tienen que ayudar a mantener el orden".