El Govern regala un millón por cabeza a quince ricos con su reforma del Impuesto de Sucesiones

Las donaciones en vida se disparan y se convierten en mayoritarias frente a las herencias por defunción

Antoni Costa y Marga Prohens, en primera línea, en el Parlament.

Antoni Costa y Marga Prohens, en primera línea, en el Parlament. / B.RAMON

Fernando Guijarro

Fernando Guijarro

La bonificación que el Govern de Marga Prohens aprobó en julio del pasado año para evitar el pago del Impuesto de Sucesiones, como primera de sus ‘medidas estrella’ de la legislatura, ha hecho que 15 contribuyentes ricos se hayan ahorrado tener que abonar a la Comunitat Autònoma más de 15 millones de euros, o lo que es lo mismo, el regalo que cada uno de ellos ha recibido es de una media del millón de euros, según pone de relieve el portavoz en temas económicos del PSIB-PSOE, Llorenç Pou. El calificativo de ‘ricos’ no es retórico: esos 15 contribuyentes tenían cada uno un patrimonio superior a los cuatro millones de euros antes de recibir la herencia.

Los datos esgrimidos por Pou y facilitados por la propia conselleria de Hacienda, liderada por Antoni Costa, desvelan que entre el 18 de julio de 2023, cuando entró en vigor la citada bonificación y el 31 de enero del presente ejercicio, se acogieron a la misma 3.124 declaraciones del impuesto de Sucesiones, con un ahorro en su conjunto de 46,7 millones de euros. Es decir, la media es de 14.955 euros.

Los más beneficiados

Pero a partir de aquí comienzan los matices que es necesario subrayar: de estas más de 3.000 declaraciones, hay 15 contribuyentes que se han ahorrado, gracias a la bonificación impulsada por el Partido Popular, 15.444.139 euros, que son además los que ya tenían un nivel de riqueza más notable, al superar su patrimonio previo los cuatro millones. Es decir, el 0,5% de los beneficiados se han quedado con el 33% del beneficio.

Por contra, hay 3.007 contribuyentes con un patrimonio previo inferior a los 400.000 euros que con la medida del PP han evitado el pago de 27,8 millones de euros a través del Impuesto de Sucesiones. Es decir, la bonificación media ha sido de 9.275 euros. En este caso, el 96,3% de los beneficiados por la rebaja del impuesto solo suponen el 59,6% de las cantidades que finalmente no se han tenido que abonar al Fisco autonómico.

A la lista hay que sumar 87 personas, que disponían de un patrimonio previo situado entre los 400.000 euros y los dos millones, que se han ahorrado algo más de 2,4 millones (una media de 28.580 euros por cabeza); y otras 15, que antes de recibir la herencia o donación disponían de bienes valorados entre los dos y los cuatro millones de euros, que han evitado el pago de 961.076 euros (64.071 de media).

Llorenç Pou, del PSIB-PSOE

Llorenç Pou, del PSIB-PSOE / DM

Hay otro factor extraordinariamente significativo. Antes de la  modificación del impuesto por parte del Govern de Prohens, a lo largo de 2022 se presentaron 23.423 declaraciones del citado tributo correspondientes a los grupos I, II y III de parentesco (que van desde padres a hijos hasta hermanos o tíos y sobrinos), de las que 21.891 fueron por herencias fruto del fallecimiento del testador y 1.532 por donaciones en vida, es decir, las segundas solo supusieron el 6,5% del total.

Auge de donaciones en vida

Pero tras la reforma impulsada por el Govern para otorgar la gratuidad de este tributo, de las 3.124 declaraciones registradas entre julio de 2023 y enero de 2024, 1.982 han sido donaciones en vida, es decir, el 63,4% del total, lo que refleja que desde la aprobación promovida por el PP ha habido una avalancha de personas que han cedido bienes antes de fallecer. Pero además, doce de estas donaciones en vida han sido para herederos cuyo patrimonio ya superaba los cuatro millones de euros, y se han ahorrado 15.423.939 euros.

Según lamenta Llorenç Pou, lo que ha sucedido es que con los cambios aplicados en el impuesto de Sucesiones por parte del Govern de Prohens, las «élites» se han lanzado a los despachos de asesores fiscales para que «padres ricos cedan bienes a hijos ricos» evitando el pago de impuestos y empobreciendo las arcas autonómicas. O lo que es lo mismo, el Ejecutivo autonómico ha dado «panes» a esa minoría de altísima capacidad económica «dejando las migas para el resto de los baleares».

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