Los yates de alquiler de Mallorca sufren una caída de clientes «sin precedentes»

«No tiene precedentes y además no nos lo esperábamos». Con estas palabras se refiere el presidente de la asociación balear de chárter náutico, José María Jiménez, a la caída de actividad que las empresas de alquiler de yates están padeciendo este verano. En un momento en el que se habla de cifras récord en la llegada y en el gasto que realizan los visitantes, la pérdida de clientes y de reservas para los meses punta del verano se cifra entre un 10% y un 15% en el caso de Mallorca, y se dispara hasta el 20% y el 25% en Eivissa, isla esta última en la que hay empresas que ya están ofertando descuentos de hasta el 50% en sus tarifas en un intento de reactivar la demanda.

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Lo primero que Jiménez pone de relieve es que no hay precedentes más o menos próximos de un desplome de la clientela de esta magnitud (hay que excluir el periodo de restricciones a la movilidad durante la pandemia), y recuerda que ni siquiera durante la crisis de 2008 el sector padeció una situación como la que está viviendo en estos momentos.

Sin aumento de ‘piratas’

Además, el presidente de esta patronal reconoce que la reducción no se explica por la competencia desleal que cada verano realizan los denominados ‘yates piratas’ (sin autorización), ya que por el momento no se ha detectado un aumento de los mismos en aguas baleares durante este año.

José María Jiménez añade que las empresas dedicadas a esta actividad están «desorientadas» porque por el momento no son capaces de atinar a la hora de buscar una explicación a lo que está sucediendo, y además por la importancia del descenso, aunque por el momento se barajan algunos factores que pueden estar detrás de este recorte en la actividad.

El primero es que Balears se puede estar convirtiendo en un destino ‘caro’ para parte de la clientela del chárter náutico. Sobre este punto, Jiménez recuerda que no se trata de un visitante de poder adquisitivo muy alto (esos muchas veces tienen su propia embarcación), sino principalmente de clase media y media-alta, por lo que es sensible al factor precio. En este punto, pone de relieve el fuerte encarecimiento que los amarres están teniendo en Balears, y muy especialmente en Eivissa.

Jiménez recuerda que el amarre base, desde donde zarpan estas embarcaciones, corre a cargo de la empresa, pero que cuando las personas que las alquilan se dirigen a otros puertos, es un gasto que ellos deben de cubrir, y denuncia el intenso encarecimiento que están teniendo.

A eso suma el alza en el precio del avión y de la oferta complementaria, y recuerda que se trata de una clientela con un elevado peso de la nacionalidad alemana, cuya economía no está teniendo una evolución positiva.

Otro elemento que se señala como clave son los problemas de saturación, que hacen que no solo sea incomodo moverse por las islas, sino también navegar por ellas en algunas zonas donde se produce un número muy elevado de fondeos.

Pérdida de competitividad

Lo expuesto provoca que parte del temor del sector radique en que haya clientes tradicionales que se estén decantando por otros destinos menos costosos, como Grecia, Croacia o Turquía. Ese miedo se basa en que sí se están recibiendo un numero muy alto de solicitudes de información, pero que luego no terminan en reservas.

Jiménez subraya que la caída en la demanda se produce para los meses de julio, agosto y septiembre, y no se oculta el temor a que no haya una reactivación en lo que queda de año, por lo que previsiblemente algunas empresas «lo van a pasar mal».

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