Análisis

Por fin se puede hablar en castellano

Imagen del aula vacía de un colegio.

Imagen del aula vacía de un colegio. / E. P.

Matías Vallés

Matías Vallés

La función medular de los gobiernos no consiste en solucionar problemas, sino en inventarlos. En este capítulo, el Govern de PP/Vox funciona a pleno rendimiento. Desecrar una imagen de Aurora Picornell, enfurecer a los colectivos LGTBI o ridiculizar al castellano demostrando que la inmensa mayoría de los centros escolares prefieren el catalán a la segregación, son solo algunas muestras de la creatividad del ejecutivo de derecha y de ultraderecha.

Camilo José Cela ganó el Premio Nobel para la literatura castellana, después de cuarenta años de residencia ininterrumpida en Mallorca. No está mal para una lengua perseguida en la isla, según PP/Vox. Una vez certificado el esperpento de que solo 11 de 339 centros escolares han optado por la segregación, el tres por ciento de los totales y menos del diez por ciento de los concertados y privados de derechas, populares y ultrapopulares deben celebrar al unísono que en Balears pueda hablarse por fin en castellano. Esta confirmación merecerá un agradecimiento infinito de sus votantes, en especial de aquellos que no encuentran una casa donde vivir.

Han sido necesarias promesas y presiones injustificables para cerrar el ínfimo 11 de 339. Se podrían haber ahorrado la vergüenza segregadora examinando los precedentes, pero cada Govern se siente imbuido del germen de la Creación. En realidad, esta película ya la hemos visto cuando José Ramón Bauzá invocó a los padres que deseaban castellanizar a sus hijos, y la respuesta también fue infrasonora. Aquel golpe de realidad para su ego, lo llevó enloquecido al TIL y al desastre electoral, la misma senda emprendida ahora por PP/Vox.

El respeto a las minorías no supone su exclusión, pretendida ahora por PP/Vox que tan patriotas se sienten a la hora de unificar a la población. Seguro que sus votantes sin casa estarán orgullosos de que se destine una fortuna a salvar el grotesco plan educativo de sus representantes. En el caso del PP, si aplacar a Vox supone enemistarse con la comunidad educativa, además de desviar los esfuerzos de los problemas reales, cuesta arrendarle la ganancia. Gabriel Cañellas no lo hubiera hecho, y siempre habla en mallorquín. Claro que el patriarca gobernaba, ¿quién manda aquí?

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