El ocio nocturno de Mallorca denuncia la pasividad total de la Administración contra las fiestas ilegales

La patronal del sector afirma que el cambio de color político en Govern, Consell y Ayuntamientos no ha generado la menor mejoría a la hora de combatir las actividades irregulares que se desarrollan en la isla

La Platja de Palma está logrando mantener la actividad del ocio nocturno

La Platja de Palma está logrando mantener la actividad del ocio nocturno / E. Calvo

Fernando Guijarro

Fernando Guijarro

«Lo que las Administraciones están haciendo durante la presente legislatura para combatir las fiestas ilegales y la competencia desleal es lo mismo que hicieron durante la anterior: nada», afirma el presidente de la asociación balear de ocio nocturno (ABONE), Miguel Pérez-Marsá. Y ello pese a que tanto en el Govern como en el Consell de Mallorca y en los ayuntamientos de Palma o Calvià, por poner algunos ejemplos, el color político ha cambiado radicalmente respecto al anterior mandato.

Este representante de las discotecas y salas de fiesta de la isla señala que frente a una actitud mucho más beligerante contra el alquiler turístico ilegal, cuando se trata de combatir la oferta irregular en el ocio nocturno la postura de las Administraciones de Mallorca es de absoluta pasividad, y ello pese a las denuncias que de forma constante se presentan desde la citada patronal.

Eso está haciendo que las fiestas ilegales en viviendas particulares o en establecimientos de restauración que organizan eventos que superan las licencias de actividad que tienen concedidas, con oferta de música en vivo y baile, estén proliferando. 

Ejemplos de inactividad

Miguel Pérez-Marsá pone un ejemplo: una de estas Administraciones de la isla pidió a ABONE que no la inundara con denuncias, sino que seleccionara solo los cuatro o cinco casos más graves. Así se hizo y el resultado ha sido el mismo, es decir, no se ha hecho nada, según lamenta.

Miguel Pérez-Marsá

Miguel Pérez-Marsá / MANU MIELNIEZUK

Como segunda muestra de lo que está sucediendo, señala el caso de un conocido establecimiento de restauración de Palma situado en unas instalaciones de propiedad municipal, que está teniendo una actividad similar a una discoteca, según subraya el presidente de ABONE, sobre lo que añade que las denuncias que se han presentado contra ese local ante el Ayuntamiento no han servicio de nada.

En este aspecto, critica que los controles que se llevan a cabo recaen exclusivamente sobre los establecimientos legales del sector, dado que son los que los servicios de inspección tienen identificados, pero sin que se realice ninguna campaña en relación a las denuncias que desde el sector se presenta contra la oferta irregular.

Miguel Pérez-Marsá apunta que la vigilancia sobre este tipo de actividades irregulares solo se mantuvo en niveles apreciables durante el periodo en que estuvieron vigentes las restricciones derivadas de la covid, pero que una vez concluida la pandemia los controles han pasado a ser prácticamente inexistentes.

Medidas de seguridad

Y ello a pesar de que las discotecas deben de cumplir con unas medidas de seguridad que no se reclaman para otros negocios, lo que supone de riesgo para los clientes si un establecimiento no respeta las funciones para las que ha sido diseñado.

El presidente de Restauración-CAEB, Alfonso Robledo, defiende que haya negocios de su ramo que hayan decidido incorporar música a la oferta para sus clientes, incluso en el caso de contar con un disc-jockey, al considerar que también los restaurantes tienen que adaptarse a los tiempos y que se trata de una demanda de los jóvenes. Sin embargo, subraya que el horario de apertura es totalmente diferente, por lo que niega que se trate de una competencia desleal contra las discotecas.

Alfonso Robledo

Alfonso Robledo / GUILLEM BOSCH

En lo que Pérez-Marsá y Robledo sí coinciden es en que esta temporada turística está presentando una mayor debilidad respecto a la del pasado ejercicio.

Descenso en la facturación

Ambos presidentes de asociaciones sectoriales ponen de relieve el descenso en la facturación que se está registrando en estos establecimientos, especialmente intenso en algunas zonas de Mallorca, como Magaluf, donde hay negocios con reducciones de un 30%, y más moderado en el norte de la isla, donde el recorte no llega a esos dos dígitos pero donde «esta costando arrancar». Mejor es la situación de Platja de Palma, donde se habla de estabilidad y de unas cifras muy similares a las de 2023.

Fin del "champán"

Con carácter general, el presidente de Restauración-CAEB considera que lo que está sucediendo es que «la botella de champán posterior a la covid se ha terminado», en referencia al fuerte aumento de la clientela que una vez superada la pandemia se registró en estos dos sectores. En su opinión, lo que está pasando es que la demanda comienza a normalizarse para volver a niveles de 2019.

Pero cuando se hace el análisis por zonas, el representante de las discotecas subraya que el problema del ocio nocturno en Magaluf es que allí se ha querido dejar de lado al turismo joven en favor del familiar, y en su opinión el primero gasta más en la oferta complementaria y fuera del hotel, mientras que el segundo concentra más su consumo en el interior de los establecimientos de alojamiento.

Robledo añade que este año se detecta un mayor nivel de clientela durante los fines de semana, lo que en su opinión es el reflejo de las estancias más cortas de muchos visitantes.

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