Tribuna

Cien días de gobierno de Llorenç Galmés

Llorenç Galmés, president del Consell.

Llorenç Galmés, president del Consell. / B. Ramon

Núria Riera

Núria Riera

Se han cumplido cien días del nuevo gobierno del presidente popular Llorenç Galmés y su equipo y el compromiso es claro: hacer realidad el cambio que reclamaban los ciudadanos después de ocho años de parálisis e imposiciones del pacto de izquierdas. Y todo ello a pesar de haber encontrado el Consell de Mallorca en una situación complicada: proyectos paralizados a punto de perder la financiación, expedientes sin tramitar, facturas y ayudas sociales sin pagar… Mucho titular y propaganda a bombo y platillo, pero poca gestión y responsabilidad.

Desde el primer día, el nuevo gobierno se ha arremangado sin dudarlo, para cumplir con la palabra dada. Dijimos que solucionaríamos uno de los principales problemas de Mallorca: la movilidad. Ya hemos puesto en marcha medidas sin consumir territorio. Por ejemplo, el Plan de Accesos a Palma para evitar los atascos de la Vía de Cintura -sumado a la mejora del transporte público- y la eliminación de puntos negros de nuestras carreteras.

También hemos desbloqueado las obras urgentes de Sant Llorenç -que después de cinco años de la peor desgracia ocurrida en una torrentada mal gestionada- seguían sin ejecutarse.

Apostamos por el turismo sostenible y responsable. Hemos recuperado la coordinación con el Govern para poner en marcha una nueva ley que apueste por el turismo de calidad. El equilibrio de nuestro territorio limitado, la inversión sostenible, el binomio turismo-deporte y la lucha contra la oferta turística ilegal es nuestra apuesta. Los 4.000 expedientes sin tramitar que hemos encontrado abandonados en los sótanos nos pueden dar idea de la desidia del anterior gobierno con un sector esencial para nuestra economía.

Nos comprometimos con una Cultura para todos, sin etiquetas ni ideologías. Y ya hemos puesto en marcha un concurso público para el Teatro Principal para despolitizar su gestión. Hemos abierto en tiempo récord el aljibe de la Misericordia para todo el público y también -por primera vez en una Nit de l’Art en Palma- el Palau del Consell, con un gran éxito de convocatoria. El patrimonio de todos al alcance de todos.

Lo mismo con las políticas de Igualdad. Frente a los que la utilizan políticamente enarbolando banderas progresistas vacías de gestión, nos hemos puesto a trabajar humildemente y hemos priorizado la mejora de las instalaciones del Casal Ariadna para mujeres víctimas de violencia machista y que el centro de crisis para atender a las víctimas de violencia sexual sea una realidad lo antes posible. Un proyecto totalmente paralizado por la izquierda hasta el punto de hacer peligrar los fondos europeos.

Y finalmente es imprescindible mencionar las políticas sociales. Porque si hay algo que requería prioridad era emprender la Auditoría del IMAS, que fue noticia la pasada legislatura por el descontrol ante los abusos sexuales de menores supuestamente tuteladas por el propio Consell sin que nadie pusiera remedio. La auditoría externa ya está en marcha, con rigor y valentía.

Un gobierno que, desde el pacto responsable entre Partido Popular y Vox, no ha perdido ni uno de estos cien días para cumplir nuestros compromisos. De la mano de los ayuntamientos, empresas, familias, autónomos. Con las puertas del Consell abiertas. La izquierda puede continuar buscando crispación y enfrentamiento político para desviar la atención de lo que han dejado, pero los mallorquines ya han empezado a ver la diferencia de modelo. El modelo que ellos han elegido. Y cien días después, el cambio ya está en marcha.