Los peligrosos árboles de Palma

VÍDEO | El Ayuntamiento de Palma cede a la presión vecinal y suspende la tala de cinco bellasombras de la plaza Llorenç Villalonga de Palma

B. Ramon

Miguel Vicens

Miguel Vicens

A los bravos galos de la aldea de Astérix solo les inquietaba que el cielo cayera sobre sus cabezas. Y al equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Palma, que los árboles de la ciudad se desplomen sobre las testas de los ciudadanos. Y no hay poción mágica que le saque del pensamiento esa obsesión contra cualquier brote verde que matice unas buenas vistas despejadas. Así que en cuanto detecta alguna anomalía en los pocos ejemplares que van quedando, un hongo, un poco de podredumbre en las raíces o una rama peligrosamente curvada que suponga un riesgo potencial, dicta su sentencia, sin importarle demasiado la antigüedad del ejemplar, su carácter monumental o el lugar que ocupa en la memoria de la ciudad, si eso todavía significa algo.

Revuelta de vecinos contra la tala de árboles en la plaza Llorenç Villalonga

Revuelta de vecinos contra la tala de árboles en la plaza Llorenç Villalonga / B. Ramon

Ayer nos despedíamos del último pino monumental que crecía al pie de la Catedral . Y esta semana, sin salir de Dalt Murada, de los cinco ejemplares de bellasombra de la plaza Llorenç Villalonga, cuya inminente tala se ha anunciado con un informe que, por su profusión de datos, más bien parece el último parte médico de Franco. Nada anormal, sin embargo, había ocurrido con esos ejemplares en los últimos tiempos, más allá de la caída de alguna rama, pero el Ayuntamiento actúa y corta el problema de raíz. Ya empezamos a estar acostumbrados. Ni los árboles pueden envejecer en paz en la nueva Palma.

Mientras estos ocurre, el bosque de Bellver muestra un aspecto cada vez más degradado, a consecuencia sin duda de la falta de lluvias del otoño y lo que llevamos de invierno, pero también del incivismo desbordado y la falta de cuidados, como demuestra la mortandad que han sufrido las últimas plantaciones de ejemplares jóvenes, sobre todo en la parte más cercana al barrio de la Bonanova y los protectores de esos pequeños ejemplares de repoblación desperdigados como basura juntos a los caminos forestales.

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