Opinión | Al Azar

Cort es responsable del Medusa

Exterior del local Medusa, donde se produjo el derrumbe.

Exterior del local Medusa, donde se produjo el derrumbe. / DM

El mallorquín que ahora mismo se adentra en un bar de Palma presume que el establecimiento posee una mínima cobertura legal, y que por tanto no se le caerá encima. El derrumbe con cuatro muertos y múltiples heridos del Medusa Beach Club demuestra que el Ayuntamiento de Palma no avisará a los ciudadanos de que un chiringuito «no tenía licencia» y de que «es ilegal», términos utilizados por el alcalde solo después de la tragedia. La terraza que se hundió, y que seguía publicitándose tras su desaparición, ni siquiera podía ocuparse. Estas incidencias son fáciles de transmitir a los presuntos clientes en la era de la información. Antes incluso de que mueran en el intento.

Dada la triple impugnación del Medusa Beach Club que jamás fue difundida a la ciudadanía, Cort es responsable del chiringuito. La empresa explotadora bordea el sarcasmo al anunciar que hará lo posible «para entender lo sucedido», pero los concejales pasivos han sido votados por la plebe. Queda claro que al alcalde Jaime Martínez no le preocupa en exceso la integridad física de los palmesanos, hasta el punto de que desafía a los ciudadanos a que denuncien a los locales inseguros antes de intervenir. Como todo el mundo sabe, los funcionarios que decidieron investigar por qué Cort inspecciona selectivamente los locales nocturnos fueron condenados a diez años de cárcel por sus pares. Los muertos han venido a dar la razón a los herejes, lo cual obligará a ensañarse adicionalmente contra ellos en futuras sentencias.

El alcalde que nunca intervino en el Medusa Beach Club debió añadir que los clientes de los locales que no se atreve a cerrar siempre pueden denunciar después de morir, algo que a buen seguro y con sobrados motivos llevarán a cabo los familiares de las víctimas del Medusa. Entonces, los palmesanos pagaremos a escote la irresponsabilidad en la vigilancia del Ayuntamiento de Palma y de Martínez. Enhorabuena a los premiados, y hasta el próximo derrumbe.

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