Opinión

Tren, avión, cerdo y despojos

En los trenes del viejo mundo había primera, segunda y tercera clase. En la catástrofe ferroviaria un cronista escribió "afortunadamente, todos los muertos viajaban en tercera". El tren con vagones de tres clases salía de la misma estación y a la misma hora y llegaba a otra estación con igual retraso para todos. ¿Los diseñadores de aquellos trenes se esforzaban tanto en todas las comodidades de la primera como en todas las incomodidades de la tercera? ¿El revisor servicial de primera pasaba riguroso por segunda y llegaba desatento a tercera?

En los trenes de Alta Velocidad no se han eliminado las desigualdades y cuesta discernir si se cobran las comodidades o se paga con incomodidad porque el convoy es uno y su explotación también. No todos pagan igual y cuesta discernir si el sobrecoste de primera abarata el viaje a los de segunda o si los de segunda abaratan el billete al de primera. En la aviación comercial todo fue claro desde el principio: lo principal era el correo y en el pasaje en inglés se llama business a la "primera" y el resto del avión es clase "turista". En vuelo, el ocio paga al negocio. Los aviones los fletaba la prisa y los rentabilizaba la calma.

El avión y el tren son uno, como el cerdo, y como él, se despiezan. El jamón de pata negra que paladea el señorito andaluz (por decir un tópico) lo subvenciona en parte el trabajador chino (por decir otro tópico) que come algo hecho con el corazón o la tráquea de ese cerdo. España exporta mucho despojo y el 46% de las partes menos nobles va para China. El cerdo reporta a nuestra balanza de pagos 500 millones de euros anuales.

El mundo se puede ver como un tren o un avión divididos en clases o como un cerdo dividido en piezas nobles y despojos. China no va a comer más pene de cerdos españoles porque Europa le ha puesto aranceles altos a sus subsidiados coches eléctricos. Cerdo y coches eléctricos. ¿Quién va en primera en el mundo? ¿Quién es el despojo?

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