Opinión | DESDE EL SIGLO XX

Ampliación del puerto de Palma, veto imprescindible

¿Dónde quedan los anuncios de que habrá decidida actuación para frenar la masificación? No parece coherente que al mismo tiempo se abogue por ampliar el puerto de Palma, pretensión de la Autoridad Portuaria avalada por el PP de Marga Prohens

Marga Prohens

Marga Prohens / DM

Ha tenido que ser el ministerio de Transportes del denostado Óscar Puente el que se haya plantado, abortando la pretensión de proceder a la ampliación del puerto de Palma, iniciativa acogida con entusiasmo por el PP de Marga Prohens, al que todo lo que sea devorar más territorio acaba por endosarlo. La Administración central la bloquea por no estar de acuerdo con que se consuman recursos y espacio para crear una nueva zona de lujo para turistas. Aduce que para proceder a la ampliación, se requiere inexistente amplio consenso. No lo hay: ecologistas, asociaciones de vecinos, restauradores no están por la iniciativa de crear frente a la Catedral otra zona de ocio, que siempre desemboca en la maldita saturación. Insistamos en que al PP eso de la oferta y la demanda, lo de «es el mercado, amigo», del delincuente Rodrigo Rato, considerado autor del «milagro económico» del aznarato, sustentado en la especulación sin límites, le va como anillo al dedo. Sucede que los tiempos son otros, que proceder al consumo de territorio al por mayor se topa con decididas oposiciones; de ahí que el ministerio de Transportes, con por lo visto sensibilidad de las que aquí las Administraciones regionales carecen, haya dicho que no, que no hay ampliación. Esa es la esencia del veto, la negativa a ampliar el puerto de Palma. Javier Sanz, presidente de la Autoridad Portuaria, es desarrollista sin filtros, lo que supone que si de él dependiera, el puerto crecería ad libitium, sin bridas y sin estribos, hasta donde la geografía lo posibilitara. Se finge ignorar, por parte de demasiados que han pasado por la Autoridad Portuaria, que Mallorca es una isla, por lo tanto con perímetro no susceptible de estirarse indefinidamente. Mallorca no es un petroestado del Golfo Pérsico, en los que ganar terreno a la costa, el desierto o a la mar siempre es posible si se dispone, y se cuenta con ella a espuertas, de la financiación indispensable. Sanz proyectaba una zona portuaria recreativa para yates, restaurantes y hasta escuela náutica, lo que supone «incrementos de tierra en el Dique del Oeste». Consumo de territorio. Más espacio para embarcaciones de líneas regulares. Acabáramos. Y, en florido lenguaje casi decimonónico, afirma que en el ministerio de Transportes no rechazaban el proyecto, sino que «nos besaban, decían que estaban totalmente encantados, que el proyecto se ejecutara cuanto antes». El veto deja al señor Sanz con sus vergüenzas sin defensa. Con el culo al aire, vamos.

Al tiempo que dice niet a la señora Prohens y al señor Sanz (el segundo nunca la habría planteado sin la anuencia de la primera), que aducen que pasar a reconvertir una zona de reparación de embarcaciones en otra de ocio era y es pretensión positiva, nos damos de bruces con la noticia dada por Javier Sanz de que las obras del Paseo Marítimo no finalizarán hasta abril o mayo de 2025, lo que supone con bastante probabilidad de que concluirán, si lo hacen, bien entrado el verano. No queda otra que seguir pechando con que una obra necesaria, pero cada vez más cierto que muy mal planificada, constituya incordio con el que conviviremos bastantes más meses de los inicialmente previstos. Tampoco todavía se ha dado carpetazo a la reforma de la plaza de España, y ya hemos entrado en julio, mes en el que desde Cort se garantizó su finiquito.

Acotación simplista.- El PSOE pide a la presidenta Prohens apartar a Gabriel Le Senne para dignificar el Parlamento balear. Qué tontería. Simples. Pero qué se han creído. Cómo va Prohens a destituir a Le Senne, socio tóxico hasta la náusea, pero imprescindible. Prohens no permuta silla por ética y estética. La derecha republicana francesa ha sido apiolada por Le Pen. Ojo avizor.

Suscríbete para seguir leyendo