Opinión | Al azar

Habrá antes reina que presidenta

Era la primera gira oficial del matrimonio reciente de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz por la invertebrada España autonómica. En un momento de camaradería con los entonces Príncipes, los periodistas preguntan al hijo varón de Juan Carlos I si está de acuerdo en modificar la Constitución, para eliminar la preferencia del varón en la sucesión al trono. Es una pregunta comprometida para un heredero que tiene una hermana mayor, por mucho que el hijo de la primogénita de la Familia Real se llame Froilán. Así que el hoy Rey asiente levemente, para remachar con insistencia reforzada, «pero ahora nos toca a nosotros». Así ocurrió, y poco después se sentaba en el trono.

Transcurridas dos décadas, la entrega de despachos de alférez de la Academia Militar obliga al Rey a pronosticar que «ahora le toca a Leonor». De hecho, el décimo aniversario de Felipe VI ha renovado el truco de desviar la atención hacia su hija de momento carismática, del mismo modo en que se aprovechaba la imagen impoluta del hoy Rey cuando flaqueaba el refundador de la dinastía. Sin embargo, lo resonante a efectos estatales es que España contará antes con una Reina que con una presidenta del Gobierno.

La Corona afronta un cambio de género, mientras las republicanas siguen votando solo a hombres, otro argumento a favor de la monarquía. Yolanda Díaz o Díaz Ayuso no igualan a un Sánchez o un Feijóo ni sumadas, y también van por detrás de Abascal, los machos alfalfa. Con las previsiones actuales, en la próxima década no habrá una presidenta del Gobierno. En cambio, cualquier sacudida sísmica en la Zarzuela encumbrará a la primera reina en dos siglos, aunque nadie evocará a Isabel II como precedente a emular. Al margen del sexo, es curioso que la institución más anacrónica imaginable se ofrezca como una inversión continua en el mercado de futuros. Se arrinconan las sucesivas decepciones reinantes en pro de una esperanza abstracta, ahora encarnada por una militar que dará mucha guerra. Y así sucesivamente.

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