Opinión | Tribuna

Esperanza Bosch Fiol y Victoria A. Ferrer Pérez

La XXV y última Universitat d’Estiu d’Estudis de Gènere

Era julio de 1997 cuando inauguramos la I Universitat d’Estiu d’Estudis de Gènere.

Eran aquellos tiempos de inicios en muchos sentidos. Hacía apenas dos años que se había celebrado la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing, que, con su Plataforma de Acción, marcó un punto de inflexión muy importante en el abordaje de los problemas de las mujeres en el mundo y, especialmente, de la violencia contra las mujeres. Ese mismo 1997 el Parlamento Europeo aprobó sendas resoluciones sobre los derechos de las mujeres (abril), y la una campaña europea sobre tolerancia cero ante la violencia contra la mujer (septiembre)… Y en ese contexto, y con mucha ilusión y apoyo de las instituciones, pero también de las profesoras que participaron y del alumnado que se inscribió iniciamos un camino que nunca imaginamos que nos llevaría tan lejos.

En estos años, muchas cosas han cambiado, y otras se han mantenido.

Han cambiado y mucho las instituciones. En la CAIB el principal de esos cambios fue la creación en 2001 del Institut Balear de la Dona, que, desde el inicio nos dio todo su apoyo económico pero también institucional a través de sus diferentes directoras, muchas de las cuales sido, además, alumnas de nuestro curso. Gracias a todas ellas.

Ha cambiado el contexto legislativo, con la aprobación de leyes estatales tan importantes como la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, o la Ley Orgánica 10/2022, de 6 de septiembre, de garantía integral de la libertad sexual; y en la CAIB la Ley 11/2016, de 28 de julio, de igualdad de mujeres y hombres, cuya aprobación celebramos juntas durante la XVII Universitat d’Estiu d’Estudis de Gènere.

Ha cambiado la universidad, en la que las sucesivas modificaciones de los planes de estudios y el proceso de adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior han ido dando más cabida a los estudios de las mujeres, feministas y de género y al feminismo académico. Es cierto que esta no ha sido una implementación fácil, ni tan amplia y masiva como nos hubiera gustado, pero también es cierto que, sobre todo a nivel de postgrado, estos estudios han ido ganando terreno hasta consolidarse a lo largo de estas décadas.

Y ha cambiado, como no, la sociedad…. En muchos aspectos ha cambiado a mejor, convirtiéndose en entorno más igualitario, sensible y consciente de las desigualdades que atenazan la vida de las mujeres y, sobre todo de las violencias que padecemos. Pero tampoco este está siendo un camino fácil, con posiciones misóginas y discursos negacionistas que pensábamos desterrados para siempre abriéndose paso en ciertos sectores sociales (sobre todo masculinos). Afortunadamente, las jóvenes están cada vez más preparadas, son cada vez más conscientes y más luchadoras, de modo que el feminismo académico y social no sólo tienen asegurado el relevo generacional, sino que es un magnífico relevo liderado por mujeres jóvenes brillantes y enormemente comprometidas.

Entre tantos y tan importantes cambios, otras cosas se han mantenido y nos han alentado siempre.

Muy importante ha sido el apoyo constante de muchas personas dentro y fuera de nuestra universidad que nos han ayudado con la gestión y la resolución de las dificultades que siempre surgen en la organización de cualquier evento. Imposible nombrarlas a todas, pero ellas saben lo importantes que han sido. Gracias.

Esencial ha sido el apoyo del profesorado que ha participado en el curso. Han sido personas de la academia y de ONG’s y fundaciones, profesionales y políticas, de España, Latinoamerica y diversos países europeos. Han sido varios cientos de profesoras y profesores a lo largo de estos años y todas y todos con su generosidad al aceptar nuestra invitación, y con sus aportaciones han hecho de nuestro curso un lugar de reflexión y avance para los estudios feministas. Con muchas de ellas hemos desarrollado lazos de amistad que van mucho más allá de lo académico y que nos enriquecen y enriquecerán. Gracias a todas y todos por compartir y un recuerdo muy especial para las que ya nos han dejado.

Y, por supuesto, clave ha sido la respuesta del alumnado. Desde la primera edición, siempre hemos tenido la magnífica acogida por parte del alumnado (que a día de hoy suma ya varios miles). Estudiantes universitarios/as, profesionales de diferentes campos, activistas feministas, todas ellas personas interesadas por la temática que han aportado su participación, sus ideas, su compañía y su cariño en este camino y sin las que todo esto no habría tenido sentido. Gracias por responder siempre a nuestra convocatoria.

Pero, como todo en la vida, todo lo que comienza, acaba, y esta aventura termina ahora. Ha llegado el momento de poner punto final a la Universitat d’Estiu d’Estudis de Gènere, y esta XXV edición es la última.

Ha sido para nosotras un enorme privilegio poder llevar adelante este proyecto durante todos estos años, y esperamos seguir encontrándonos en nuevos proyectos en lo que, como hemos hecho siempre, seguiremos trabajando para lograr una sociedad más justa, más igualitaria, y más feminista.