Opinión | Análisis

La venganza de Marga Prohens

La presidenta Marga Prohens explica las consecuencias de la ruptura de Vox con el PP

La presidenta Marga Prohens explica las consecuencias de la ruptura de Vox con el PP / Manu Mielniezuk

No hay mal que por bien no venga. El despido colectivo impuesto por Santiago Abascal a sus subordinados en provincias -mientras él mantiene íntegramente el sueldo público- libera a la presidenta de Balears de las obligaciones programáticas adquiridas con Vox tras el 28M. Marga Prohens, hay que decirlo, arriesgó como ningún otro barón del PP al vetar la entrada de consellers de ultraderecha. Su firmeza de entonces tiene premio ahora.

Prohens se desembaraza de una carga que en su fuero interno le resultaba algo pesada. No lo reconocía en público para evitar perder votaciones pero, por generación y cierta convicción, a la de Campos le repele el facherío casposo. Eso sí, hasta ayer ha pagado prácticamente todos los peajes exigidos por Vox.

«Ya no tengo ningún compromiso» con los ultras, sentenció ayer visiblemente contenta Prohens. También abandonó la seriedad al nombrar a Gabriel Le Senne. «Doy por hecho» que dejará el cargo, le remató sin disimular el colmillo. El todavía presidente del Parlament sigue sin entender que desde que rompió la foto de Aurora Picornell se ha inhabilitado a sí mismo. Su rancia y opusiana negativa a colgar la bandera LGTBI indignó personal e ideológicamente a Prohens, que ahora se cobra su cabeza. La presidenta también celebra hoy que Vox la modere. Y lo que es mejor, totalmente gratis.

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