Los vecinos desalojados de la calle Polvorín regresan a sus casas: "Han sido dos meses muy frustrantes"

El arquitecto ha dado hoy el visto bueno para que los vecinos, progresivamente, puedan regresar en sus hogares

Una de las afectadas ha tenido que costearse de su bolsillo el alquiler de un estudio para ella y su familia

Mia Victoria, pese a tener la autorización, tan solo ha acudido a la calle Polvorín para comprobar el estado de su vivienda.

Mia Victoria, pese a tener la autorización, tan solo ha acudido a la calle Polvorín para comprobar el estado de su vivienda. / J.S.

Jordi Sánchez

Jordi Sánchez

Después de permanecer dos meses fuera de sus casas a causa del colapso de la vivienda situada en el número 7 de la calle Polvorín, situada en el barrio palmesano de El Terreno, los 28 vecinos desalojados ya han podido regresar, progresivamente, a sus hogares. El Ayuntamiento de Palma adelantó ayer que entre mañana jueves y el próximo lunes los residentes serían realojados. Sin embargo, el arquitecto encargado de supervisar los trabajos ha dado hoy el visto bueno para que las viviendas número 5 y número 9 puedan ser ocupadas de nuevo. Se espera que el resto de vecinos y, en concreto, un edifico ubicado en la parte trasera de la parcela demolida, puedan regresar entre el viernes y el lunes.

En el número 9 de la calle Polvorín residen Mia Victoria junto a su marido y sus dos hermanas. Viven de alquiler en la parte baja del inmueble, aunque estos dos últimos meses han tenido que alojarse en un estudio -también alquilado- que han tenido que costear de su bolsillo. "Han sido dos meses muy frustrantes. El primer día mi marido oyó un estruendo y al salir solo se veía polvo en suspensión. No pensábamos que fuese tan serio", confiesa. En aquel momento, su casero -no residente en la isla- les comunicó que no podrían volver a la vivienda por tiempo indefinido.

En el momento del desalojo, asegura que los bomberos "estaban preocupados" y transmitían sensación de riesgo constante. Victoria, frente a su portal, cuenta que desde el primero momento no tuvo mucho contacto con el Ayuntamiento para organizar su realojo: "Yo solo hablo inglés, y los bomberos nos dijeron que hablásemos con el Ayuntamiento. Estuvieron más de tres días sin contestarnos hasta que a través de un amigo de mi marido nos atendieron. Solo nos ofrecieron alojarnos a mí y a mi marido en un albergue, ya que mis dos hermanas todavía están tramitando los permisos para obtener el DNI", explica. Según cuenta, "quién más se ha estado preocupando es el arquitecto", precisamente quien esta tarde ha comunicado a los vecinos que podían regresar a sus casas.

Los vecinos del número 5 de la calle Polvorín han hecho la mudanza de regreso esta misma tarde.

Los vecinos del número 5 de la calle Polvorín han hecho la mudanza de regreso esta misma tarde. / J.S.

Así, la familia se vio abocada a tener que alquilarse un estudio costeado por ellos mismos. Por suerte, como apunta Victoria, la bonanza de su casero les permitió aligerar la carga económica que suponía. "Nos dijo que no pagásemos hasta que volviésemos, porque sabía que nos tendríamos que pagar nosotros otro alquiler", explica aliviada.

Victoria se ha acercado esta tarde para comprobar el estado de la vivienda, aunque asegura que "no regresaremos hasta la semana que viene porque y todavía está la máquina y hay mucho polvo y escombros".

En el número 5 sí que ha habido trasiego de bolsas y maletas a lo largo de esta tarde. Los inquilinos han podido regresar esta tarde a su casa tras dos meses viviendo en un estudio, esta vez sí realojados por el Ayuntamiento. Una de las residentes de la vivienda, quien ha estado todo el día haciendo viajes hasta la calle Polvorín para volver a colocar todas sus cosas, aseguraba que en su caso sí que ya iban a volver a instalarse.

"El Ayuntamiento nos ha hecho caso, nos ha realojado, pero quien más nos ha ayudado ha sido la asistenta social", explicaba mientras cargaba con bolas y un televisor. Al igual que Victoria, asegura que "el arquitecto es quien más ha estado en contacto con los vecinos para transmitirnos tranquilidad". Cansada por la mudanza, solo podía mostrar alivio y alegría al haber podido regresar a su hogar dos meses después.