Una de las últimas ‘possessions’ de Palma será un agroturismo de cinco estrellas

Las casas de Son Gual de Pocafarina, una finca de 90 hectáreas junto a la carretera que va hacia Puigpunyent, se transformarán en un hotel rural de lujo con 25 habitaciones dobles por un presupuesto de 2,8 millones de euros

La enorme parcela abandonada tiene varios edificios y un ‘safareig’ de mil metros cuadrados.

La enorme parcela abandonada tiene varios edificios y un ‘safareig’ de mil metros cuadrados. / Manu Mielniezuk

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

Las casas de Son Gual de Pocafarina, una de las possessions más antiguas del término municipal de Palma, se convertirán en un agroturismo de lujo con unas 25 habitaciones. El inmueble está ubicado junto en la carretera que va hacia Puigpunyent, justo al pie de na Burguesa, en una parcela de casi 90 hectáreas en suelo rústico.

El Consell de Mallorca autorizó en abril el proyecto, impulsado por la promotora Saga Green y el estudio de arquitectura North Bay. Gran parte de la possessió, que tiene varias edificaciones, está protegida por el catálogo de elementos históricos y artísticos del Ayuntamiento de Palma. Sin embargo, el proyecto, ahora en periodo de exposición pública, se plantea recuperar una construcción abandonada con gran valor patrimonial.

La possessió tiene sus orígenes en el siglo XV. Fue una antigua alquería en la época musulmana y aunque pertenece al término municipal de Palma, también ocupa varios terrenos de Esporles. A lo largo de la historia ha sido propiedad del obispado de Mallorca y de distintas familias adineradas de la isla. Ahora es de una sociedad que quiere recuperar la actividad económica en la finca.

La idea es reformar parte del inmueble para transformarlo en un hotel rural de cinco estrellas. El edificio principal acogerá los alojamientos (unas 25 habitaciones dobles con espacio para medio centenar de plazas), la recepción, una cocina, lavandería, sala de estar y un comedor para los desayunos. También habrá varias zonas de aparcamiento.

El edificio anexo, que es más reciente y se ha utilizado para eventos como bodas y comuniones, se destinará a una zona de piscinas, spa, solárium, zonas de descanso, restaurante y salas de fiesta. En cuanto a las zonas exteriores de la parcela, como un enorme safareig de mil metros cuadrados o los jardines, el proyecto prevé restaurarlas y conservar su imagen de actividad agrícola, puesto que ahora están abandonados y prácticamente ocultos por la vegetación. Aunque no se prevé construir más edificaciones, se tendrán que demoler cerca de una decena de ellas, como porches o pérgolas. El presupuesto detallado en el proyecto es de 2,8 millones de euros.

Un estudio de impacto ambiental concluye que no hace falta tomar medidas para proteger el paisaje, ya que el hotel rural mejoraría la incidencia visual del entorno. El proyecto también incluye un estudio de riesgo forestal con un plan de emergencia ante incendios y otro similar ante inundaciones. El más llamativo es el informe arqueólogo, que recomienda conservar espacios singulares como la antigua cocina dels amos, y restaurar otros como las fachadas en su estado original mientras sea posible.

Los promotores del proyecto justifican que tanto las instalaciones agrícolas como las casas están cerradas y faltas de mantenimiento, algunas de ellas incluso han sufrido robos y falta mobiliario. Algunos elementos, como las cubiertas, los muros o las ventanas están en muy mal estado y otros, como herramientas o aperos de labranza, han desaparecido. Por eso, según la memoria del proyecto, la propiedad busca ahora adecuar el inmueble para «desarrollar una actividad turística, más acorde con la actual situación socioeconómica de las islas».

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