La última etapa de un conflicto que se alarga desde hace 15 años

En el Ayuntamiento de Palma existe el convencimiento de que el conflicto con epicentro en el edificio de GESA está a punto de concluir después de 15 años de anuncios, planes y litigios que han supuesto un dolor de cabeza para tres alcaldes.

Blindado contra las excavadoras desde que fue declarado Bien de Interés Cultural en 2007, el inmueble de José Ferragut ha sido víctima de interminables batallas judiciales y bandazos políticos. Mientras tanto el edificio, ubicado en un escaparate privilegiado de la ciudad, ha sufrido un imparable proceso de degradación.

Jaime Martínez quiere ser el primer alcalde que tiene las llaves del emblemático inmueble. La tregua judicial pactada con Endesa y la regularización administrativa de la parcela conducen a ese escenario y anticipan un final a un conflicto interminable.

En paralelo, el área de Cultura que dirige Javier Bonet sigue mascando la manera de convertir GESA en un equipamiento cultural de referencia que acoja el Centro de Cultura y Arte Contemporáneo de la ciudad, el archivo general, locales de restauración y un jardín de esculturas en su exterior, ahora dominado por las malas hierbas. Del mismo modo, será la sede del futuro Distrito de Innovación de Nou Llevant.

Si no hay sobresaltos de última hora, este inmueble catalogado tendrá pronto una segunda vida después de tres lustros de espera.

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