El ayuntamiento de Sóller ratificó ayer con los votos del PP-IPIS y UM-Uniso el convenio urbanístico que permitirá urbanizar la finca de Muleta Gran con 33 chalets unifamiliares. Los partidos de la oposición criticaron el acuerdo, mientras que el edil de UM, Antoni Arbona, optó por abstenerse.

La sesión plenaria estuvo marcada por los reproches mutuos entre gobierno y oposición.

El convenio que ayer fue ratificado supone el paso definitivo para que la urbanización proyectada en Muleta Gran pueda finalmente llevarse a cabo. El acuerdo suscrito con la promotora Kuhn and Partner prevé la reducción del número de viviendas de las 79 previstas en el Plan General hasta las 33. También prevé el pago de un aval bancario de 90.000 euros al Ayuntamiento y el compromiso de la urbanizadora de renovar las infraestructuras básicas de la urbanización antes del inicio de las obras de los edificios. Los portavoces de EU-Els Verds, PSOE y PSM, Onofre Bisbal, Catalina Morell y Miquel Gual, respectivamente exigieron al Ayuntamiento que no ratificara el acuerdo, instando a que desclasificara o comprara los terrenos para convertirlos en tierra comunal para los sollerics. Bisbal desacreditó los informes técnicos y jurídicos que avalan el convenio, tildándolos de "falsos" e "hipócritas"

Por su parte, el alcalde Carlos Simarro (PP-IPIS), criticó a la oposición que cuando gobernó con el pacto de progreso "tuvo la ocasión de desclasificar Muleta con el Plan General y el Plan Territorial, por lo que la construcción de los 33 chalets es el más leve de los males".

La ratificación del convenio congregó a una veintena de ecologistas en la sala de plenos que extendieron una pancarta con el lema 'Qui estima Sóller, no destrueix Muleta'.