Turismo

El Pla quiere su trozo del pastel turístico

Los pueblos del interior de Mallorca trazan un plan común para ganar visibilidad sin perder la identidad

Un grupo de cicloturistas se detiene para contemplar el paso de un rebaño de ovejas, en un camino rústico de Sineu.

Un grupo de cicloturistas se detiene para contemplar el paso de un rebaño de ovejas, en un camino rústico de Sineu. / J. Frau

Joan Frau

Joan Frau

La Mallorca interior, la más alejada del bullicio propio de las localidades costeras, también reivindica su trozo del pastel turístico. Los catorce municipios de la comarca, representados por la Mancomunitat del Pla, no pueden ofrecer el sol y playa que buscan los visitantes, pero a cambio promocionan un factor que será clave en el turismo del futuro más inmediato: la sostenibilidad.

El interior de Mallorca quiere ser pionero en el desarrollo de un tipo de turismo más respetuoso con el territorio. Así vendió la Mancomunitat el producto hace unas semanas en una conferencia internacional de gestión del turismo sostenible de pueblos pequeños que se celebró en Tesalónica (Grecia), a la que acudió el alcalde de Montuïri, Joan Verger, como representante de la comarca. 

Allí, la técnica Paula Maria Amengual explicó que el objetivo del proyecto es el de «poner de manifiesto que el encanto de la comarca del Pla es precisamente la previsión y el control que hay que tener sobre la futurible masificación turística».

Y es que este es el peligro que corren los municipios del Pla, cada vez más visibles por el turismo internacional, lo que se traduce en un rápido desarrollo de la industria turística en forma de pequeños hoteles de interior o de viviendas vacacionales. «Si bien es cierto que estos flujos turísticos cada vez ganan más terreno y peso, también es cierto que estos municipios corren el riesgo de una explotación intensiva de sus territorios, lo que puede provocar que cada vez más disminuya su atractivo turístico», explican desde la Mancomunitat. El reto que se plantea es el de procurar aumentar los flujos turísticos en los municipios interiores de la isla pero al mismo tiempo «evitar cualquier riesgo de alteración de sus frágiles ecosistemas», lo que según la Mancomunitat implica una «buena planificación de marketing turístico» con el objetivo de preservar el patrimonio de los pueblos.

Para lograr estos objetivos, la puesta en marcha de una gestión común será clave, ya que la entidad supramunicipal acordó el pasado mes de junio la cesión de las competencias de promoción turística de los pueblos de la comarca a la Mancomunitat con el objetivo de «potenciar una identidad común y una marca propia de destino turístico que a la vez se diferencie del resto de la isla».

A raíz de la voluntad de los municipios de confiar en la Mancomunitat para promocionar sus atractivos turísticos, la entidad ha presentado un ambicioso proyecto a la convocatoria de subvenciones estatales convocadas por el Ministerio de Turismo en el marco del Plan de Recuperación y Resiliencia, que asciende a 2,6 millones de euros. La creación de una red ciclo-senderista, el diseño de experiencias turísticas de invierno o un Plan de Movilidad sostenible son algunos de los objetivos.

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