El Pla potencia la marca ‘paraíso rural’ para atraer a un turismo más respetuoso

El Consell y la Mancomunitat presentan el Plan Estratégico de Turismo 2030, una hoja de ruta que rehúye de la masificación generadora de «procesos de gentrificación y banalización de la cultura»

Un grupo de cicloturistas observan el paso de un rebaño de ovejas en un camino de interior del municipio de Sineu.

Un grupo de cicloturistas observan el paso de un rebaño de ovejas en un camino de interior del municipio de Sineu. / J. Frau

Joan Frau

Joan Frau

Los catorce municipios que integran el Pla de Mallorca pretenden atraer a un turismo más respetuoso y sostenible que el históricamente vinculado al sol y playa, destacando los valores rurales e identitarios de esta comarca central no bañada por el mar. Para tratar de fomentar una gestión sostenible pensando en el futuro próximo, la Mancomunitat del Pla, entidad que representa a los municipios del centro de la isla, ha elaborado el Plan Estratégico de Turismo del Pla 2030, un documento que «marca las bases de un modelo de desarrollo turístico transformador y sostenible».

El documento se ha presentado este martes en Palma por la presidenta de la Mancomunitat del Pla, Joana Maria Pascual, y el director insular para la Gobernanza y Sostenibilidad, Pedro Mas. «El objetivo es establecer estrategias conjuntas para impulsar un turismo responsable en los 14 municipios de la comarca», ha señalado Pascual. «Gracias a estas actuaciones, convertiremos el Pla en un destino sostenible en el que el turismo contribuya al desarrollo rural equilibrado, ofrezca nuevas oportunidades laborales y mejore la calidad de vida local», ha añadido Mas.

Joana Maria Pascual, Pedro Mas y Jorge Vallina, de la empresa Global, Consultoría y Turismo, han presentado el plan este martes en la sede del Consell.

Joana Maria Pascual, Pedro Mas y Jorge Vallina, de la empresa Global, Consultoría y Turismo, han presentado el plan este martes en la sede del Consell. / Consell

El plan ensalza los atributos de la Mallorca de interior, «tranquila, de cultivos, suelo y paisaje rural, orgullosa de su espíritu payés». La comarca del Pla, que ocupa el 21,56 por ciento de la superficie total de Mallorca y tiene 41.884 habitantes (el 4,38% de la población total de la isla), atesora un increíble y variado patrimonio histórico y cultural, con 317 Bienes de Interés Cultural (BIC) que, según el plan, «configuran una variada oferta de atractivos y recursos para el turismo cultural, religioso y arqueológico». 

También se destaca la gastronomía «vinculada a las raíces», los tradicionales mercados semanales y el turismo activo con el cicloturismo y el senderismo a la cabeza. De hecho, la Mancomunitat está ultimando diferentes itinerarios cicloturísticos que conectan los diferentes pueblos de la comarca por carretera y pistas forestales. El plan estratégico deja claro que la comarca se quiere mantener alejada de «esquemas de turismo masivo que generen procesos de gentrificación, banalización de la cultura y la tradición, pérdida de la biodiversidad y los ecosistemas» porque «no representan a esta tierra y no son un modelo permitido en el destino». 

Financiación

La Mancomunitat del Pla dispone de casi tres millones de euros de fondos europeos Next Generation para implementar el plan turístico, del que algunas actuaciones ya se han licitando y se están ejecutando actualmente. Ejemplos de ello son el desarrollo de la red ciclosenderista (375.000 euros), el Plan de movilidad sostenible (140.000 euros) o la creación de webs y redes sociales del destino Pla de Mallorca (85.000 euros), entre otros proyectos basados en cuatro ejes principales: transición verde y sostenible (610.000 euros); eficiencia energética (614.037 euros); transición digital (748.000 euros); y competitividad (1,02 millones de euros).

El documento define las debilidades, así como las principales amenazas, del destino turístico. Entre las primeras se destaca que el Pla es todavía un territorio «poco posicionado como destino turístico rural» o la «ausencia de políticas de planificación y coordinación de la actividad turística», mientras que entre las segundas se advierte de la «pérdida de conocimiento de los saberes tradicionales vinculada al relevo generacional y cierta pérdida de identidad cultural del territorio como consecuencia de la inmigración en la comarca».