Lletra menuda

17 nuevas villas de lujo en el Port d'Andratx | Cuando el turismo se muerde la cola

El tráfico de camiones preocupa a los vecinos. |

El tráfico de camiones preocupa a los vecinos. | / i.moure

Llorenç Riera

Llorenç Riera

El Port d’Andratx lleva lustros exhibiéndose como inequívoco exponente de la sobrexplotación turística y sus vínculos con las malas prácticas políticas. La corrupción que se deriva de ello permanece en la memoria colectiva de Mallorca. Siempre en la vanguardia de la balearización, el lujo urbanístico discutible y ya discutido de la costa de Ponent se manifiesta ahora en Port d’Andratx como avanzadilla de un nuevo exponente que viene a certificar la saturación que afecta a tantos puntos de la isla. Se plasma en el turismo residencial que ya no tiene reparo alguno en manifestarse y actuar en contra de nuevas expansiones de residencias turísticas. Es aquella vieja historia del pez que se muerde la cola. ¿Les suena?

Un grupo de residentes en la urbanización de Can Borràs, en Port d’Andratx, en su mayoría de nacionalidad alemana, se han mostrado en contra de la proliferación de nuevas promociones inmobiliarias que observan en su entorno. Ya se han reunido con la alcaldesa Montalvo para hacerle ver las inconveniencias del fenómeno. Esgrimen motivos medioambientales, de carencia de infraestructuras y servicios básicos, todo ello aparte de molestias individuales y deterioro rápido de la vía pública.

Nada o poco nuevo en cuanto a expansión urbanística en Mallorca. La novedad, quizás, está en el origen y desarrollo de la queja. Es el turismo que percibe deterioro de su calidad residencial a causa de los turistas o, si lo quieren al revés, los turistas que incordian al turismo.

A este paso deberemos establecer categorías o fijar trienios para primar la antigüedad entre visitantes y residentes temporales. Sin orden ni límites conocidos, la sobreexplotación turística está dando escenas y comportamientos que se vuelven en contra de todos.

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