El reto municipal de poner orden al turismo de caravanas en Mallorca

El auge de las caravanas ha abierto un debate social en varios municipios de Mallorca en el que defensores y detractores se intercambian argumentos, alimentando una polémica en la que parecen estar dispuestos a entrar los ayuntamientos, mediante la aplicación de ordenanzas.

Así, por ejemplo, el Ayuntamiento de Manacor ha comenzado a trabajar para encontrar «alternativas serias y con motivaciones medioambientales» al problema que hoy en día plantea el nuevo turismo de caravanas, autocaravanas y campers en toda la isla.

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El alcalde Miquel Oliver ha anunciado que ya se está trabajando administrativa y jurídicamente para que distintas zonas del municipio se puedan destinar a la eliminación de aguas sucias, el abastecimiento de agua potable o la pernocta.

El consistorio, sin embargo, no quiere que las primeras líneas de la costa de Manacor se conviertan en espacios improvisados de aparcamiento de campers como hasta hace unos meses pasaba en el núcleo de Cala Murada, cerca de la frontera con el municipio de Felanitx, donde tras una serie de reuniones con los propios interesados, la Policía Local y la asociación de caravanistas se encontró una solución consensuada para seguir allí, pero limitando la altura de los vehículos que podían estacionar en la primera línea.

En cuanto a las aguas grises, está previsto que el consistorio habilite un lugar especial en el polígono industrial y de servicios de Manacor «con un vaciado vigilado», mientras que para quedar aparcados y dormir se plantean diferentes espacios en urbanizaciones con poca afluencia como Tropicana (Cales de Mallorca) o en una calle sin salida que termina en una plaza sin consolidar en Cala Domingos.

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«Evidentemente no serán zonas para atraer turismo sino que consideramos que debemos dar soluciones a un tipo de turismo que está y que hay que regular», explica Oliver.

Por ello, para poner orden, ya se prevé que los aparcamientos de caravanas sigan un reglamento específico aún por cerrar, pero que entre otras cosas estipulará un tiempo máximo no superior a las 48 horas, o un tique que especifique de qué vehículos se trata.

El caso de Calvià

El debate sobre la presencia de caravanas estacionadas en la vía pública ha llegado también a Calvià, coincidiendo con los primeros compases de la temporada turística de 2024. Uno de los puntos donde más se hace notar la presencia de estos vehículos se halla en la playa de El Toro, anexa a Port Adriano. Algunas suelen estar todo el año, pero es ahora, cuando el aparcamiento empieza a escasear por la llegada del verano, que las quejas vecinales aumentan, como lo atestiguan los foros de redes sociales del municipio.

«Al aparcar, dejan mucha separación y no dejan espacio para aparcar ningún coche entre las caravanas», se quejaba un residente calvianer en uno de estos foros. Otros recordaban que las caravanas y campers pagan los mismos impuestos de circulación que cualquier otro vehículo y que, por tanto, también tienen derecho a aparcar o circular por donde quieran «mientras no saquen toldos y mesas».

Consultado sobre la posibilidad de regular esta cuestión, el Ayuntamiento de Calvià informó de que podría ser una cuestión a estudiar, aunque, al mismo tiempo, recuerda que, mientras no saquen toldos ni sillas ni mesas, pueden estacionar libremente allí donde lo consideren oportuno.

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