El Forn de es Pla de na Tesa celebra su 125 aniversario

Abierto en el año 1899, el negocio es un referente histórico de la localidad

Imagen de los responsables y trabajadores del Forn de Es Pla de na Tesa.

Imagen de los responsables y trabajadores del Forn de Es Pla de na Tesa. / Miquel Bosch

El Forn d’Es Pla de na Tesa celebró el sábado su 125 aniversario desde su apertura en 1899, siendo un referente histórico de la localidad. Inicialmente regentado por los hermanos Benet, el horno servía también como hostal para los payeses que se desplazaban hasta Palma desde diversos puntos del Raiguer. En la planta baja existía una fonda también dirigida por los hermanos.

Con el paso de los años y la mejora en el transporte, el hostal cerró, y la familia de Can Lluch tomó las riendas de la panadería, adquiriendo su nombre. En 1962, el matrimonio formado por Jaume Vidal y Maria Muntaner compró el popular Forn, que actualmente está bajo la gestión de la tercera generación de la familia, los hermanos Jaume y Matías Miralles Vidal.

El matrimonio Vidal-Muntaner estuvo al frente del establecimiento hasta 1986, cuando su hijo Miguel, junto con su esposa y su hermana Antonia, casada con Biel Miralles, tomaron el control del negocio familiar. Durante estos años, modernizaron el establecimiento sin perder la esencia de ser un ‘forn’ de pueblo, introduciendo la repostería y la maquinaria necesaria para progresar en el negocio y ser pioneros.

Una imagen del interior del horno tradicional.

Una imagen del interior del horno tradicional. / Miquel Bosch

En 2020, los hermanos Jaime y Matias, hijos de Biel Miralles y Antonia Vidal, asumieron la dirección del negocio, continuando con la modernización de la oferta y añadiendo la repostería más importante además de la tradicional de las islas. Entre sus productos destacan el pa moreno’, las barras, los panecillos, los famosos ‘llonguets’, las tradicionales ‘coques’, ‘panades’ y ‘cocarrois’, y naturalmente, las ensaimadas, tanto lisas como rellenas de nata o cabello de ángel. 

Durante la Fira de la Llet d’Ametlla, que se celebra anualmente en Es Pla de na Tesa, no faltan las ‘coques de patata’ o de anís, y durante las fiestas de Sant Joan, los tradicionales panecillos o ‘bunyols’ rellenos de nata y otros sabores. A lo largo de los años, han surgido muchas anécdotas, como unas Navidades en las que se confeccionaron hasta 7.000 ensaimadas pequeñas que no fueron suficientes, o tartas para 2.500 comensales. Durante muchos años, la gente del pueblo llevaba sus lechonas para ser asadas en el horno en Navidad, una tradición que se ha ido perdiendo.

El Forn ha recibido varios premios, incluyendo uno otorgado en el Consolat del Mar en el año 2000 y el premio europeo SAFE (Security Action for Europe). Sus productos se distribuyen a lo largo del día prácticamente en toda la Bahía de Palma, la capital, Calvià y algunos pueblos de la Serra de Tramuntana. También en Pòrtol, que pertenece a su mismo municipio.

El Forn celebró el domingo una fiesta multitudinaria para conmemorar el aniversario.

El Forn celebró el domingo una fiesta multitudinaria para conmemorar el aniversario. / Miquel Bosch

Este pasado domingo, el Forn celebró una gran fiesta con la presencia de centenares de personas. Hubo merienda, bebida y música, en un acto que también sirvió para presentar la nueva fachada del negocio, decorada con 125 panes mallorquines de cerámica elaborados por el taller mixto de cerámica del Ayuntamiento de Marratxí. Asistieron al evento la consellera ejecutiva de Cultura y Patrimonio del Consell, Antònia Roca, y el alcalde de Marratxí, Jaume Llompart, entre otras autoridades.