Lletra menuda: Honores merecedores de reprobación

El rector de Esporles en época de la Guerra Civil, Mateu Tugores i Maimó.

El rector de Esporles en época de la Guerra Civil, Mateu Tugores i Maimó. / DM

Llorenç Riera

Llorenç Riera

La degradación de honores y distinciones que ya se daban por consolidados con el paso del tiempo no es un hecho frecuente. Solo acostumbra a darse para corregir la exaltación de barbaridades que el fragor de la victoria franquista quiso revertir en falso mérito para así reafirmar su poder. Una recalificación de este tipo está a punto de producirse ahora en Esporles, con una actuación municipal que conviene no sacar de contexto para evitar filias y fobias donde no debe haberlas y sí visión equidistante y desapasionada de una irrupción bélica y unos comportamientos humanos que no se corresponden con tal denominación.

Amparándose en la actual legislación de Memoria Democrática, el Ayuntamiento descolgará de su galería de hijos ilustres y adoptivos a quien fue rector de la población durante la Guerra Civil, Mateu Tugores Maimó (1870-1953). Hoy se da por documentado que protagonizó hechos incompatibles, ya no con su cargo eclesiástico, sino con lo que se espera del cualquier hombre de bien. Señaló a personas para detener y ejecutar, una crueldad de comportamiento que, evidentemente, es desmerecedora de toda consideración institucional y pública.

Este repudio del rector Tugores es particularmente significativo en una época en que la evidencia histórica es cuestionada desde algunas instituciones por exigencia y acatamiento a Vox, con el consiguiente retroceso en reparación democrática. Si se consolida la destitución del hijo ilustre que nunca debió serlo, Esporles acabará haciendo también un favor a la Iglesia porque ni a ella ni a nadie le conviene tener en los altares del reconocimiento civil a un sacerdote que, profanando la vida, no supo estar a la altura de su misión fundamental. Por desgracia, no fue una excepción.

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