Situación conflictiva

Un interno siembra el terror por su agresividad en el centro es Pinaret

Entró hace cinco años como menor, pero ahora ya tiene 19 años y ha protagonizado varias agresiones contra educadores y vigilantes de seguridad

El chico ha agredido a educadoras y a personas de seguridad

El chico ha agredido a educadoras y a personas de seguridad / B.R.

El centro de menores de es Pinaret, en Marratxí, es en estos momentos un polvorín. Gran parte de la plantilla de educadores y personal de seguridad se ha dado de baja médica por la situación laboral de violencia que esta sufriendo el centro. El problema está identificado. La mayoría de incidentes violentos lo protagoniza un adolescente de 19 años, de origen colombiano, que lleva cinco años residiendo en este centro de internamiento y que ya ha ido acumulando una larga lista de delitos, muchos de ellos cometidos incluso dentro de es Pinaret por las agresiones sobre compañeros y educadores. Los trabajadores creen que ya ha llegado el momento de que se le traslade a otro centro, con más medidas de seguridad.

Este chico vino de Colombia cuando apenas tenía 14 años. Parece ser que en su país ya tuvo problemas con pandillas y sus familiares decidieron que era mejor que viniera a Mallorca. Sin embargo, este traslado no logró que este comportamiento cambiara. Cuando estuvo en la calle, según se señala en su expediente, cometió supuestamente varios delitos de violencia y se acordó su internamiento en el centro de régimen cerrado. Desde entonces ha pasado cinco años residiendo en es Pinaret, sin poder apenas salir a la calle, y todo el proceso para reeducarle ha fracasado.

Según explicaron trabajadores del centro, que prefieren mantener su anonimato para evitar represalias laborales, este interno, que ya es mayor de edad, es muy agresivo. Ha golpeado a varias educadoras (siempre mujeres) y se ha peleado con casi todos los internos del centro. “Cada vez que se le dice alguna cosa que no le gusta empieza a mostrarse violento. No es que le tengamos miedo, pero la situación es muy incómoda. A nadie le gusta que en su trabajo le den una paliza”, señala una de las educadoras.

Arrojó orina sobre una educadora

Uno de los incidentes más graves que ha protagonizado este chico colombiano ocurrió hace varias semanas. Cuando estaba en una clase se le indicó que tenía que compartir unos objetos con unos compañeros, pero él se negó. Ante su indisciplina una educadora le ordenó que saliera de la clase y se fuera a su cuarto. Le acompañaron dos trabajadoras. En un momento determinado agarró un bidón que tenía escondido y que había llenado de su propia orina, y arrojó todo el contenido sobre unas de las trabajadoras. “¿Te gusta como sabe?”, le dijo a la educadora, que a raíz de este incidente tuvo que darse de baja.

Los trabajadores se quejan de que da la impresión de que este chico, que por su edad podría ser trasladado a una cárcel de adultos, cuenta con una especial protección por parte de la dirección. Ello se debe a que cada vez que pide un traslado de pabellón se le concede, al igual que otros privilegios. Para los educadores, este trato preferente es un error, porque supone un mal ejemplo para el resto de internos, que ingresan arrastrando graves problemas de comportamiento. “Cuando estos chicos ven que la indisciplina funciona, ellos imitan a este chico y muchos se muestran muy agresivos”.

Para demostrar este trato preferente, una de las trabajadoras explicó que, pese a su larga lista de agresiones, muchas de ellas muy violentas, cometidas sobre compañeros y educadores, el día de su cumpleaños recibió un regalo especial, que no suele entregarse a un chico que está cumpliendo este régimen de internamiento. La subdirectora de es Pinaret le regaló una caja de bombones, ante la mirada sorprendente de los trabajadores, que no daban crédito a lo que estaban viendo, porque interpretaron que se estaba premiando su comportamiento violento.