España estará en la decisiva cumbre de Washington "como sea". No cabe el fracaso diplomático, pese a que a día de hoy la única certeza es que el actual presidente de EEUU no ha invitado a España a la cita convocada con el altisonante e inmodesto objetivo de "refundar el capitalismo". Pero el Gobierno español asegura que lo conseguirá. Si hace dos días la vicepresidenta De la Vega se declaraba "convencida" de la presencia española pese a no haber garantía alguna de ello, ayer hacia lo propio el presidente del Gobierno. José Luis Rodríguez Zapatero asegura así que "España tiene que estar" en esa cita "en el formato que sea".

Según explicó el presidente, España "tiene mucho que decir, y lo va a decir". Además, insistió en que como país "serio" debe continuar demostrando que tiene "un sistema financiero serio". Zapatero aprovechó además para quitar hierro a sus malas relaciones con el presidente Bush desde que el líder socialista retiró las tropas de Irak como había prometido en campaña electoral. El presidente español aclaró así durante la cumbre euroasiática de Pekín que la presencia o no de España no se deberá a las amistades mayores o menores con el presidente Bush.

Pero por si así fuera, España sigue sumando aliados a la causa. Primero fue el primer ministro británico el que defendió la necesidad de que España acuda. Después se sumó el presidente galo y líder de turno de la UE, Nicolás Sarkozy. Y más tarde lo hicieron países como Brasil, antes de que ayer fuera el preside China, Hu Jintao, el que respaldase la presencia española en la cumbre de líderes. Zapatero además logró el compromiso de las principales instituciones europeas, encabezadas por el presidente de la Comisión Europea, de hacer valer la exigencia española.

Según el presidente Zapatero, las presiones y la insistencia de su Gobierno no son "caprichosas", ni se debe a que el Gobierno tenga "más o menos ganas de estar en uno u otro cónclave", sino a que España tiene algo que aportar como país "serio" que "ha demostrado tener un sistema financiero serio". "Sin alharacas, sin hacer nada extraño, sólo con argumentos, con razones, defendemos que nuestra voz cuente y lo puedo asegurar: va a contar".

También se refirió a las razones por las que, de momento, España no ha sido invitada a la cumbre. Apuntó que no tiene que ver con la frialdad de sus relaciones con el presidente de Estados Unidos, ya que aunque parece no haber una "amistad mayor" que la que Bush tiene con el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, lo cierto es que aquélla no sirvió a España para estar en ninguna reunión del G8 ni del G20. "Grandes amistades hubo, pero fíjese para qué sirvieron", concluyó Zapatero.

Por otro lado, el presidente del Ejecutivo español expresó en distintas intervenciones durante la séptima cumbre Asia-Europa que la actual crisis financiera no debe hacer olvidar la lucha contra la pobreza y contra el cambio climático. Estas palabras fueron suscritas por la canciller alemana, Angela Merkel, que durante el almuerzo de líderes abogó por convocar una cumbre sobre África a la que asistan países europeos y asiáticos para que la crisis internacional no condene aún más a este continente. El presidente español suscribió esta propuesta, al tiempo que aseguró que el club europeo sólo es útil para el mundo si está unido, y que el modelo de integración de la UE puede servir para todo el mundo.