Stella Maris desembarca en Palma

El organismo internacional, que se encarga de ofrecer servicio pastoral a pescadores y trabajadores de cruceros en representación de la Iglesia en los puertos, trabaja codo con codo junto al Obispado y la Autoridad Portuaria 

El sacerdote y director de Stella Maris Mallorca Nadal Bernat posando en un muelle del puerto de Palma.

El sacerdote y director de Stella Maris Mallorca Nadal Bernat posando en un muelle del puerto de Palma. / B. Ramon

El Apostolado del Mar Stella Maris desembarca en Palma el lunes 1 de julio. Se trata del organismo de la Iglesia Católica que se encarga de ofrecer servicio pastoral en los puertos atendiendo a los trabajadores de la marina mercante, de cruceros o a los pescadores que precisen algún tipo de demanda espiritual. El Obispado de Mallorca y la Autoridad Portuaria de Balears (APB) trabajan codo con codo junto a una institución distribuida por todo el globo. El párroco de la Iglesia de Santa Creu de Palma y director de Stella Maris Mallorca, Nadal Bernat, es uno de los valedores para que el programa haya podido acomodarse en Palma. 

Bernat resalta el peso histórico de la institución dentro de la geografía española. Stella Maris tiene varias sedes repartidas en diversos puertos de la península. «En España tenemos algunos con muchísima historia, el de Barcelona se fundó en 1927 y es prácticamente centenario. El de Bilbao también es de gran importancia, era uno de los puertos industriales más relevantes en su momento. La última creación ha sido en el de Tarragona», comenta. 

Fue en la década de 1940 cuando se hicieron los primeros esfuerzos para que en Palma se instalase un nuevo Apostolado del Mar. Sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando el acuerdo entre el Obispado de Mallorca, la Autoridad Portuaria y Stella Maris ha cristalizado agrandando así, el tamaño de la institución en el Mediterráneo. «El volumen del puerto de Palma es inmenso. Ha crecido muchísimo y por tanto los problemas de atención también han crecido», sostiene Bernat. El cuerpo de trabajo del organismo estará fundamentalmente compuesto por voluntarios que «en su mayoría son laicos, aunque también hay religiosos»

Atender a la diversidad

Además, destaca la necesidad de la «interdisciplinariedad» de los voluntarios. Al abrazar a una enorme cantidad de trabajadores, Stella Maris debe adaptarse a las condiciones de cada uno de ellos. Una atenta capacidad de escucha, un amplio conocimiento en idiomas o tener cierta sensibilidad por temas sociales son virtudes que precisa el organismo para atender de la mejor forma posible a los recién llegados a Palma. «Es gente con una diversidad cultural y de una procedencia muy fuerte. Un 25% de los trabajadores de crucero s son filipinos, pero el resto son sudamericanos o asiáticos. Atender esta diversidad es todo un reto», subraya.

Así, menciona el estrecho vínculo que mantienen con la Cofradía de Pescadores de Palma «aunque se trata de un momento inicial». Varios trabajadores de cruceros, que pasan meses lejos de sus casas haciendo numerosas escalas, han lamentado que estos servicios no llegasen al puerto de Palma. Bernat explica que la atención es diferente entre el gremio de los pescadores y los trabajadores de cruceros: «Con los pescadores, el servicio es distinto. Por ejemplo enla celebración de fiestas como la de Sant Pere, patrón de los pescadores, se trata de hacer comunidad portuaria».

El director es precavido y prefiere «crecer con seguridad dando pequeños pasos» para ofrecer «un hogar, lejos del hogar» a los que se echan a la mar, el lema de Stella Maris. «Los fuegos artificiales a veces no funcionan», concluye Bernat.

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