En el mundo hay dos tipos de personas: las que nacieron con un don para hablar en público y las que sienten una timidez absoluta, un vuelco en el estómago y unos sudores fríos en la espalda cuando toca hacer una presentación y más si es delante de tu cita en un programa como 'First Dates' que se televisa de lunes a viernes a las 21:05 en Cuatro.

Eso es lo que debió pensar María al ver a Juanjo, el que iba a ser su cita en su visita al cortijo de Carlos Sobera. La "Lola Flores de Jerez", que es como le llaman "porque soy un clon de ella, no tengo vergüenza, estoy todo el día cantando y bailando” y no tiene buen ojo para los hombres. Al verla, Juanjo también se llevó una grata sorpresa con su físico. Ella se fijó sobre todo en los tatuajes que rodean a Juanjo y le gustó pese a tanta tinta.

Por su parte, Juanjo viene desde Jaén y se dedica a cuidar a los animales, ya que es auxiliar de veterinario. Solo ha tenido una relación formal porque todavía no ha encontrado a nadie que le despierte la ilusión.

María le contó que llevaba 4 años soltera y que era madre de un niño de seis años. Le suelen gustar los tipos malotes aunque ella se considera una chica muy buena, pero “siempre tiro para el mismo rollo”. El soltero le ha confesado que era un tipo muy frío porque no se fiaba de nadie, pero aun así, la atracción entre los dos era más que evidente y tras la cena, el programa les invitó a estar en el reservado donde la chispa fue cada vez mayor.

"Soy muy fogoso solo con mirarla era ponerme cachondo y me lo he pasado genial en el momento del reservado", explicó Juanjo al programa tras su encuentro. Durante ese encuentro y al sonar un tema musical de reggaetón el soltero le pidió directamente a María: "¿No me vas a perrear?", preguntó el soltero. María respondió que estaba muy nerviosa. Enseguida la soltera le pidió que Juanjo se quitara la camiseta para ver sus tatuajes y así lo hizo.

La decisión final

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Tras una cita en la que era más que evidente la tensión sexual entre los dos solteros, Juanjo explicó que estuvo muy a gusto durante toda la cita y que repetiría con María. Por su parte, la soltera, que en un primer momento estaba un poco impactada, más tarde se quitó los nervios y también quiso repetir una segunda cita incluso con un beso al final de la cita.