Urbanismo

Los chalés de solo cuatro pueblos de Mallorca devoran el equivalente a 230 campos de fútbol

La construcción de unifamiliares en suelo rústico en los últimos 8 años asciende a 661 en Santanyí, Campos, Manacor y Felanitx, que lideran el ranking

Construcción de chalés en suelo rústico en Mallorca.

Construcción de chalés en suelo rústico en Mallorca. / DM

M. Elena Vallés

M. Elena Vallés

El este y sudeste de Mallorca son las zonas de la isla que mayor crecimiento urbanístico han experimentado en suelo rústico en los últimos ocho años. Si se suman todos los chalés que se han construido fora vila en las dos últimas legislaturas de Pacto, se obtiene un total de 1.686. Si acercamos la lupa al mapa de la isla, los datos se concretan por municipios. Santanyí es donde mayor cantidad se ha levantado, con 200; le siguen Manacor, con 166; Campos, con 158, y Felanitx, con 137. En total, estos cuatro pueblos han albergado en sus límites 661 unifamiliares en el periodo 2015-2023, lo que equivale a 231 campos de fútbol siempre y cuando tomemos la medida de uno de ellos como una hectárea aproximadamente (ya que los hay más pequeños). Así, podría afirmarse que solo estos cuatro pueblos de Mallorca concentran el 40% de los nuevos chalés levantados en rústico en la isla.

Para extraer este cálculo, este diario ha tomado como punto de partida la estimación que realizada el geógrafo del estudio de Terraferida, Mateu Vic. «La superficie media ocupada por cada vivienda de este tipo en Mallorca es de 3.500 metros cuadrados, lo que multiplica por 11,5 los 300 metros cuadrados permitidos para la edificación. Edificios e infraestructuras anexas, aparcamientos, caminos de acceso exclusivos, soláriums y piscinas acaban desfigurando parcelas de diversas hectáreas, multiplicando también el impacto ambiental y paisajístico y consumiendo nuevos recursos como el agua y la energía».

¿Por qué la zona oriental es la que soporta una mayor presión urbanística? Sin duda, en palabras de Jaume Adrover, uno de los fundadores de Terraferida, este fenómeno va unido indefectiblemente a la construcción de la autopista de Llevant hasta Campos. «Las inmobiliarias ya celebraron en su momento esta nueva infraestructura apuntando a las grandes posibilidades de negocio en la construcción en rústico. Esta gente siempre va por delante del resto», considera el también agricultor. Sólo en estos cuatro pueblos citados quedan pendientes de ejecutar 504 licencias de chalés concedidas en 2023.

Ante el ranking por territorios que acompaña esta información, también cabe preguntarse si el color político en los gobiernos municipales ha ejercido influencia en alguna dirección. Adrover es claro en este punto. «No demasiada, como verás todos se limitan a tramitan y aceptan esta situación de construir en rústico como algo incuestionable», comenta. En Campos y Santanyí, dos de los más urbanizadores, ha gobernado el PP en estos últimos ocho años. Sin embargo, en Manacor, también con muchísimas licencias, la legislatura de 2015 empezó con un pacto de izquierdas que terminó con un pacto de derechas después de la moción de censura el primer año de legislatura. En el mandato de 2019, sí gobernó ya plenamente la izquierda. En Felanitx, gobernó entre 2015 y 2019 Bloc-PSOE-Pi y en la legislatura anterior el tripartito de centroizquierda selló su acuerdo para que El Pi empezara a gobernar, pero todo terminó con un caso de transfuguismo y El Pi cambió de socios (PP) gracias a un regidor del PSOE.

«Los ayuntamientos tienen margen de acción para detener este proceso depredador. Podrían aplicar una suspensión de licencias. Y alegar que tienen un alud enorme de peticiones y que están colapsados o decretar también una situación de emergencia por la gran cantidad de piscinas que se harán y el inasumible consumo de agua. Podría aprobar un decreto de sus pensión de licencias, pero nadie se atreve. Y así como puede hacerlo un municipio, podría tomar también cartas en el asunto el Consell o directamente el Govern, pero ninguna institución quiere hacerlo», lamenta.

En este punto, señala que algunos consistorios han tratado de aplicar medidas para poner freno a esta situación. «Santa Eugènia subió la parcela mínima edificable a 21.000 metros cuadrados. En Felanitx, entre 1999 y 2003, el regidor Jaume Binimelis, profesor de la UIB, subió la parcela a 21.000 y en algunas zonas hasta 28.000, pero hubo un cambio de gobierno municipal y entró el PP, que dejó caducar las normas subsidiarias, por lo que ya no se pudo tramitar el cambio», expone. «Este es un tema que compete a los tres niveles institucionales en Balears, pero ninguno se atreve a tocarlo, ya sean de izquierdas o de derechas», critica.

Estos datos forman parte del estudio que acaban de completar con datos de 2023 activistas e investigadores de la extinta entidad Terraferida. La semana pasada, señalaron que todas las viviendas levantadas en rústico -1.686- en los últimos ocho años habían consumido 580 hectáreas. Pero que todavía quedaban pendientes de construir muchas más, unas 1.260, un dato extraído de las licencias concedidas que fue conseguido por el catedrático de Geografía de la UIB Macià Blàzquez.

Con el nuevo decreto de simplificación administrativa, Adrover advierte que las parcelas para hacer chalets en rústico se incrementarán en 1.300, ya que se permitirá construir en zonas inundables o en riesgo de incendio. «De las 11.000 que contabilizamos en 2018, hay que añadir éstas, además de señalar la más que común posibilidad de agruparlas. El 42% de las licencias concedidas para hacer chalés corresponden a este tipo de agrupaciones», advierte.

Viviendas en suelo rústico 2015-2023

Viviendas en suelo rústico 2015-2023 / DM

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